“En 1710, ante el escribano de Padrón de la época, dos genoveses de nacimiento, junto con canteros de la zona, solicitaron tener una fábrica de papel en el lugar llamado de Faramelle, junto al rio tinto, en el ayuntamiento de Rois y equidistante de Santiago y Padrón.

Por real cedula, el 06 de octubre de 1714 se concede a Don Bartolomé de Piombino y a Don Joseph Gambino la facultad de poder establecer dicha fábrica de papel teniendo exclusividad de fabricación durante un periodo de veinte años en dicha actividad.

Los canteros se comprometen a construir para los señores una casa alta, del tamaño, altor y anchor que ellos quieran… Para la fabricación los mejores maestros y la utilización de trapo fino para hacer papel de primera. Diez casas lo componían. de la que una, a orillas del rio, era la fábrica; a su vera, otras dos, algo más pequeñas, dedicadas también a la fabricación; cuatro, las viviendas de oficiales, dos más para almacenes de papel, madera y otros efectos y finalmente otra buena casa con corredor donde habitaba don Bartolomé… todas ellas construidas con gran arte y firmeza.

Veintiuna picas para macerar el trapo, cada una con tres mazos con sus dientes y planchas de hierro, impulsadas por norias movidas por el discurrir del agua de ese rio paralelo al camino real hacia Santiago, y dirigida por canales de piedra… Diez operarios fabricando veinte resmas diarias y al año, más de cinco mil, de diferente calidad, vendidas para distintos usos, llegándose a pagar a 25 reales la resma, las de mayor calidad. Más tarde, por entronque familiar, los Rivero de Aguilar se convertirán en propietarios, modernizando dicha fábrica e imprimiéndole la máxima calidad al papel… “ Así comienza la historia…